Objetivo:
Finíssimas nos planteó el reto de convertir su gama de productos en todo un capricho para aquellos que disfrutan de los pequeños placeres. La marca se acerca a un target siempre a la última y para el que los pequeños placeres tienen una gran importancia.
Estrategia:
Para alcanzar a estos sibaritas del siglo XXI, plantamos una divertida ruta en la que gastronomía y tendencia se unían. Retamos a los locales más alternativos de la zona de triBall en Madrid a que nos sorprendieran con sus creaciones elaboradas con Finíssimas.
Creamos además un icono que se convirtió en insignia de la marca: el chester flotante que nos marcaba el punto de disfrute Finíssimas y que se encontraba de manera física en la concurrida plaza de San Ildefonso.
Para completar la acción, nuestros gourmets podían elegir su tapa favorita participando en el sorteo de una cena para 2 en su local preferido.
Resultados:
La gran mayoría de los medios de comunicación centrados en el ocio de Madrid se hicieron eco de la acción consiguiéndose una gran afluencia.
